Misión Carcelaria

“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme.” Entonces los justos le responderán: “Señor, ¿Cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?”. Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.” (Mateo, 25,35-40).

La Semana Santa 2021, Dios me dio la oportunidad de ser parte de la organización de misiones carcelarias.

Antes que nada, platicarles sobre las cárceles en el El Salvador, actualmente hay 23 centros penales, de los cuales, el 60% es atendido espiritualmente por la Iglesia Católica, en el resto no está presente por diversas causas: penales de alta peligrosidad donde no se permite la entrada, falta de voluntarios y falta de sacerdotes, entre otras. Hoy en día en estos penales hay 46,000 presos.

La misión se llevó a cabo en una cárcel masculina donde hay 276 presos, de los cuales, 70 son católicos. En este centro penal solo se celebraba 1 misa cada 6 meses. Durante el año 2020, empezamos a asistir al penal y nos permitían el acceso 1 vez al mes y, los 3 primeros meses, por el tema de la pandemia, prohibieron todas las visitas. Era inimaginable que nos dieran permiso en Semana Santa para que pudiéramos entrar 5 días seguidos para una misión.

Después de un par de semanas de solicitar permisos, presentaciones y reuniones, nos autorizaron poder entrar del Miércoles Santo al Domingo de Resurrección, fue un milagro que, en medio de una pandemia, nos dieran un permiso de este calibre, pero para Dios no hay nada imposible, cada día nos dieron permiso de estar 2 horas durante las cuales, se llevaron a cabo todos los oficios de Semana Santa. El Miércoles Santo: misa y plática; el Jueves Santo: lavatorio de pies y 1 Hora Eucarística; el Viernes Santo: Via Crucis y Adoración a la Cruz; el Sábado Santo: Vigilia Pascual; y el Domingo de Resurrección: Misa especial y convivio.

El Viernes Santo, tuvimos la oportunidad de almorzar con 12 presos que nos manifestaban, entre lagrimas y alegría, su agradecimiento, y nos comentaban su encuentro con un Dios amoroso y misericordioso.

Al pasar los días veíamos el cambio en su rostro, más radiante, su única preocupación era alabar a Dios y aprovechar cada segundo en cada oficio. Era como tocar el cielo al ver su fervor apasionado y amor a Dios, en un lugar donde no existe el tiempo.

También tuvimos el apoyo de personas muy generosas aportando: misales, estampas, Via Crucis, Biblias y un refrigerio muy abundante que se dio en el convivio del Domingo y, donde un preso, entre lagrimas, nos decía que, en 14 años que estaba ahí, nunca antes se había sentido tan amado por Dios y nunca había vivido una Semana Santa así.

Sin duda, visitar las cárceles, implica mucho sacrificio, esfuerzo, perseverancia, pero vale muchísimo la pena, porque si Dios nos lo pide, Él va a cuidarnos y protegernos. Y porque todos necesitamos escuchar un “Dios te ama” de corazón. Venimos a este mundo a anunciar su amor y a ser testigos de ese amor desbordante que cambia corazones y vidas completas.

Fue sin duda la mejor Semana Santa de mi vida, no fui a una cárcel, fui a experimentar un amor de Dios que desborda, toque un pedazo de cielo, todo valió la pena.

 

 

Datos generales
Apostolado que organiza: Misión Esperanza.
Sede: 
Actividad o evento: Misión Carcelaria.
Fecha de la actividad: 31 de marzo al 01 de Abril.
Lugar donde se realizó :  Centro de Cumplimiento de penas.
Parroquia y diócesis: Diócesis de Santa Ana.
Participantes: 98 Privados de Libertas 4 misioneros 1 sacerdote.
Frutos alcanzados: Una experiencia de fe.
Autor de la nota: Sofía Eugenia Moreno Funes.
Para mayor información dirigirse a : 

 

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