Testimonio Geraldo Arnunlfo Baltazar, Yeloko

Soy Geraldo Arnunlfo Baltazar Aguilar, mejor conocido como Yeloko payaso evangelizador y Evangelizador de Tiempo Completo. Ser evangelizador de tiempo completo es para mí una bendición, un regalo de Dios, para mi vida y apostolado.

En el año 2003 comenzó mi caminar en la evangelización en la Sierra Gorda, específicamente en la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores; Maconí, Cadereyta de Montes, Querétaro; estando como Párroco el Pbro. Martín Mondragón; en dicha parroquia, mi servicio duró un año como misionero de tiempo completo, colaborando en la Catequesis, en la Pastoral Social, en la Pastoral Juvenil, y en muchas otras actividades de evangelización en las 40 comunidades que abarcaba el territorio parroquial.

Actualmente colaboro en la Pastoral de Adolescentes y Jóvenes de la Diócesis de Querétaro como asesor y animador, ayudando a crear e implementar estrategias de formación para adolescentes y jóvenes, cooperando en la organización de retiros, campamentos, veladas, congresos, vigilias Eucarísticas juveniles, donde además predico la Palabra de Dios.

En la evangelización también desempeño mi apostolado como Yeloko, payaso evangelizador participando en congresos juveniles, veladas, encuentros, conferencias y retiros en colegios católicos, fiestas patronales, etc. El evangelizar como payaso me enseña a compartir el amor de Dios a través de la alegría.

Este tiempo de contingencia, ha representado un periodo difícil para mí, pues llegó a nuestras vidas como un diluvio sin avisar, sin embargo, han sido momentos que me han servido para reflexionar y salir de mi estado de confort, llevando a sumarme a las actividades sociales en la diócesis impulsadas desde el Centro Juvenil Diocesano, ubicado en la Parroquia de San Sebastián en Querétaro; recaudando alimentos, perecederos y abarrotes, elaborando despensas para distribuirlas en los sectores de la parroquia y en distintos decanatos. Durante estas semanas además he llevado a cabo shows de evangelización, contribuyendo a algunas de las labores en el Asilo San Sebastián situado a un costado de la parroquia.

La mayor enseñanza que me está dejando esta contingencia es que: podemos vivir una racha de gran incertidumbre, de crisis… pero es el momento idóneo para reafirmar nuestra fe, nunca dejemos que nada ni nadie nos robe la alegría, porque la única y maravillosa certeza que tenemos es el amor… y Dios es amor.